Independientemente de su nivel de experiencia, todos los jugadores de dardos se han preguntado alguna vez: ¿por qué los números de la diana están ordenados de esa manera? ¿Es solo una cuestión de azar o hay una razón estratégica detrás de ello?
La disposición de los números en la diana moderna no es arbitraria. De hecho, responde a un objetivo claro: aumentar la necesidad de habilidad y reducir el factor azar en el juego. Los números más altos se colocan junto a los más bajos para que la penalización por fallar un dardo sea mayor, premiando así la precisión y la puntería de los jugadores.
Si bien el orden de los números en la diana actual tiene un claro propósito, su origen exacto se pierde en la historia. Existen diversas teorías y especulaciones, algunas más creíbles que otras, pero no hay una respuesta definitiva que satisfaga a todos los aficionados a este deporte.
Lo que sí es cierto es que el orden de los números en la diana ha contribuido a convertir el dardos en un juego desafiante y emocionante, donde la habilidad y la estrategia son claves para el éxito. Independientemente de su origen, este diseño ha pasado a formar parte de la esencia del juego, inspirando a generaciones de jugadores a perfeccionar su puntería y competir por alcanzar la victoria.
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Época Medieval: También conocida como La Edad de los Dardos
Los orígenes del juego de dardos se remontan a principios del siglo XIV, cuando arqueros y soldados de infantería, en busca de entretenimiento durante sus ratos libres, idearon una peculiar actividad: lanzaban puntas de flecha reutilizadas a las tapas desechadas de barriles de vino.
Con el tiempo, esta práctica informal se fue popularizando entre las filas militares y, poco a poco, se extendió a las cortes reales de toda Europa.
A medida que el juego ganaba adeptos, también se fue refinando. Diversas modificaciones e innovaciones fueron surgiendo, dando lugar a las bases del dardos que conocemos hoy en día.
Si bien es difícil identificar a un único “inventor” de la diana, sí hay una figura clave que marcó un hito en la historia del juego: Brian Gamlin.
La vida de Brian
Brian Gamlin, un carpintero inglés de la segunda mitad del siglo XIX, es reconocido como la figura clave detrás de la disposición actual de los números en la diana de dardos. Su ingenio y conocimiento de la carpintería lo llevaron a desarrollar un sistema que optimizaba la precisión y el desafío del juego, sentando las bases para el dardos moderno que conocemos hoy en día.
Motivado por su familiaridad con la madera y buscando complementar sus ingresos como carpintero, Gamlin comenzó a fabricar dianas de olmo y álamo. La popularidad del dardos en aquella época, junto a la fragilidad de las dianas de madera, le garantizaba un flujo constante de trabajo.
Se dice que Gamlin frecuentaba las ferias ambulantes, donde observaba con atención las partidas de dardos y las estrategias de los jugadores. Esta experiencia, sumada a su aguda mente y capacidad de análisis, lo inspiró a idear un nuevo diseño para la diana.
La disposición de los números que Gamlin ideó, con su distribución estratégica y su énfasis en la precisión, marcó un antes y un después en el juego de dardos. Su contribución sentó las bases para las reglas y el sistema de puntuación que se utilizan en la actualidad, convirtiéndolo en una figura fundamental en la historia de este deporte
Brian Gamlin trascendió su oficio de carpintero para dejar una huella imborrable en el mundo del dardos. Su ingenio y su pasión por el juego lo convirtieron en un pionero, inspirando a generaciones de jugadores y sentando las bases para el dardos moderno que hoy en día millones de personas disfrutan alrededor del mundo.
1, 18, 4, 13… Espera, ¿qué?
En la época en que vivía el Sr. Gamlin, se debatía encarnizadamente si el juego de dardos era un juego de azar o de habilidad. Y aunque para algunos esta discusión pueda parecer insustancial o intrascendente, era bastante importante porque las leyes que regulaban el juego en aquella época eran bastante precisas, y el castigo por infringirlas era severo.
Resulta que el Sr. Gamlin era consciente de la importancia de establecer una clara distinción entre habilidad y azar en lo que respecta al juego de los dardos.
Hay la asombrosa cifra de 2,43 x 10^18 secuencias posibles para ordenar los 20 números en una diana. Si te resulta demasiado difícil visualizar esa cifra, quizá te ayude escribirla completa: dos cuatrillones, cuatrocientos treinta y dos billones, novecientos dos mil millones, ochocientos diecisiete mil seiscientos cuarenta millones.
Habría un total de 2.432.902.008.176.640.000 combinaciones para ordenar los 20 números en un tablero de dardos. Es un número alucinantemente grande. Son más de 2.000 millones de combinaciones posibles. Tuve que preguntarle a Google cómo denominar un número tan grande.
Así que, con tantas posibilidades diferentes, ¿qué hace que el arreglo concreto que eligió Brian Gamlin sea tan especial?
Para mayor claridad: he aquí cómo se organizan los números en una diana estándar moderna, desde la posición superior en el sentido de las agujas del reloj: 20, 1, 18, 4, 13, 6, 10, 15, 2, 17, 3, 19, 7, 16, 8, 11, 14, 9, 12, 5.
La secuencia numérica ideada por Brian Gamlin para la diana de dardos logra dos objetivos fundamentales:
1. Distribución uniforme de probabilidades:
La secuencia de Gamlin “aplana” la distribución de los números, lo que significa que cada número tiene la misma probabilidad de ser elegido al azar. Esto elimina cualquier sesgo y garantiza que el éxito dependa únicamente de la habilidad del jugador.
Para medir la “planitud” de una distribución numérica, se calcula la suma de los cuadrados de los números enteros consecutivos. La secuencia de Gamlin tiene un valor de 20,478 en esta medida, lo que indica una distribución muy uniforme. En comparación, una secuencia ordenada numéricamente ascendente (1, 2, 3, etc.) tendría un valor de 24,350, lo que demuestra una distribución menos plana.
Introducir incluso pequeñas variaciones en la secuencia de Gamlin aumenta rápidamente este valor de “planitud”, lo que resalta la importancia de la elección de Gamlin para lograr una distribución verdaderamente aleatoria.
2. Penalización a la mala puntería:
Un aspecto crucial de la secuencia de Gamlin es que, si bien reduce el factor azar, también penaliza la mala puntería. Los números de mayor valor (del 12 al 20) están intercalados entre números de menor valor, lo que significa que un jugador inexperto que apunta a un triple 20 tiene más probabilidades de fallar y obtener una puntuación baja.
La distribución estándar, en cambio, agrupa los números adyacentes, lo que favorece a los jugadores menos hábiles. Por ejemplo, en la distribución estándar, el 20 está lejos del 19 pero cerca del 5. Esto facilita que un jugador inexperto que apunta al 20 termine con una puntuación baja al fallar y acertar un número cercano.
La ubicación estratégica de los números en la diana no es una coincidencia. Brian Gamlin ha diseñado cuidadosamente la secuencia para lograr un equilibrio entre la aleatoriedad y la penalización a la mala puntería.
El asunto de Thomas William Buckle
Como dijo el famoso ensayista inglés William Hazlitt, cuando algo deja de ser objeto de controversia, también deja de ser objeto de interés. Y la cuestión de quién inventó la diana moderna es, sin duda, un tema de gran interés para millones de aficionados a los dardos en todo el mundo, lo que lo convierte en un tema de debate apasionado.
Muchos creen que las pruebas que respaldan la participación de Brian Gamlin son insuficientes. Investigaciones recientes no han logrado encontrar un certificado de defunción para un hombre llamado Brian Gamlin en la época de su supuesto fallecimiento en 1903. Además, Gamlin nunca patentó su diseño.
Por otro lado, algunos historiadores atribuyen la invención de la secuencia estándar que se utiliza hasta el día de hoy a Thomas William Buckle, un alambrista de profesión. De hecho, se le acredita la creación de la variante Yorkshire del tablero, que es funcionalmente idéntica al tablero estándar pero carece de las secciones de dobles y triples.
La pregunta de si la diana estándar se debe a Brian Gamlin o a Thomas Buckle sigue siendo un punto polémico, con fervientes defensores a ambos lados del debate. Si bien la falta de un certificado de defunción para Gamlin es un argumento a favor de Buckle, cabe destacar que Gamlin era conocido por participar en el circuito de carnavales ambulantes, lo que significa que su muerte podría haber ocurrido lejos de su lugar de origen, dificultando la búsqueda de registros oficiales.
En última instancia, el éxito del juego de dardos se debe en gran parte a la aparición de la secuencia numérica que todos conocemos y amamos. Sin embargo, es importante recordar que existen numerosas variantes regionales del tablero que se juegan a diario en todo el mundo